miércoles, 24 de noviembre de 2010

La amistad. "Un fruto de alta montaña"

Es curioso reconocer como el paso del tiempo, muchas veces es casi inocuo a los sentidos. Podemos captar el paso del tiempo, a través de aquellos recuerdos que formaron parte esencial de nuestra vida, que nos dejaron marca... pero los segundos previos a esos acontecimientos, simplemente, desaparecieron.
¿Que será de ellos?, -me pregunto-, ¿cómo habrán soportado el invierno?... Ah!, me olvidaba! Miles de susurros me aclararon, que siemplemente, ya no existen.
Pero yo, en mi intrépitosa y constante lucha por unir todos los factores que hicieron posible un recuerdo importante, quiero homenajear a aquellos segundos previos, que siguen vivos, porque también siguen vivos los recuerdos+.

La amistad es un proceso necesario entre individuos. Ahora lo llamamos amistad pero hace 1000 años era simplemente acercarse a otro o varios seres afines (en actitudes y aptitudes) de la misma especie y convivir/coexistir, sin nombre que realzara. La amistad, en todas sus formas tiene origen en el cerebro, donde intervienen neurotransmisores como la oxicitocina encargados de la estabilidad, el bienestar y el cariño, o la serotonina que proporciona felicidad en la unión. Las conexiones sinápticas que se crean, (lo que comunmente llamamos lazos de amistad) son, las que logran sobrevivir a la variabilidad de las sustancias orgánicas en nuestro organismo (especialmente en el cerebro) con el paso del tiempo, las mas fuerte que fortalecerán los vínculos, creando una verdadera amistad o lo que solemos llamar "mi mejor amigo/a".

En mi caso, ella... mi mejor amiga está aún ahí. Fortaleciéndo los vínculos, que en muchos casos son genéticos.

Ella que es tan distinta, pero a la vez tan parecida. Ella que logra recordar muchos de esos segundos que han marcado nuestra vida. Ella, cuyas partículas se organizaron lentamente desde el inicio del universo, hasta ser el ser único e irrepetible que hoy es. Ella que sabe decir la verdad cuando es necesario, y mentir cuando es preciso, y callar cuando es oportuno. Ella que se delata cuando la miro, aunque no lo sepa (y viceversa). Ella que tiene sueños de estrellas, y de galaxias lejanas.... ella, mi amiga inteligente. Ahora sé que todas esas cosas en común, esos genes que lograron unirse un día... son para siempre!